Suspensión Dubonnet

Suspensión Dubonnet

Suspensión Dubonnet

Trataremos de explicar someramente este sistema de suspensión relativamente conocido, diseñado por André Dubonnet, descendiente y feliz usuario de la fortuna de los creadores del champagne que lleva su nombre. A comienzos de los años 30 aplicó este sistema, primeramente, en un Hispano Suiza, para luego vender la patente.

El sistema fue empleado por marcas como General Motors (Chevrolet, Pontiac, Oldsmobile, Buick), Alfa Romeo, Vauxhall, Fiat y otras. Técnicamente era un acierto, pero no tuvo el éxito esperado debido al delicado mantenimiento requerido y al prematuro desgaste de sus articulaciones. Una de las últimas firmas en emplearlo fue BMW en sus modelos 300, 600 y 700 de las décadas del '50 y '60.

Suspensión Dubonnet

Descripción

Suspensión Dubonnet en Alfa Romeo
Suspensión Dubonnet en Alfa Romeo
Suspensión Dubonnet en Oldsmobile
Suspensión Dubonnet en Oldsmobile
Suspensión Dubonnet en Chevrolet 36
Suspensión Dubonnet en Chevrolet 36

Se compone básicamente de un eje rígido (A) solidario al chasis donde, a través de un perno de punta de eje normal, pivota una cápsula (B) que contiene el espiral (C), un amortiguador (no dibujado), el eje de leva (D) y la zapata (E) todo herméticamente cerrado y en baño de aceite de amortiguadores.

Acoplado al eje (D) se ubica el brazo de suspensión (F) que lleva en su otro extremo una punta de eje normal (G).

Funcionamiento

El trabajo de la suspensión se realiza sólo con el brazo (F) que pivota junto con el eje (D) dentro de la cápsula comprimiendo el espiral y el amortiguador, por lo que se comprende que el peso no suspendido, ese gran enemigo de los diseñadores, se encuentra reducido sólo al peso del brazo y al de la rueda con el freno.

El brazo de dirección, no dibujado para simplificar, va adosado a la cápsula (B), y hace girar todo el conjunto alrededor del perno de punta de eje, como en un auto común, es decir que todo el mecanismo gira junto con la rueda pero la suspensión la hace sólo el brazo.

Inconvenientes

Funcionalmente, fue un diseño excelente, pero tenía en su contra su difícil mantenimiento por el prematuro desgaste de los bujes del eje (D), que soportaban todo el peso de esa parte del auto, lo que ocasionaba pérdidas de aceite que acentuaban el desgaste por falta de lubricación y a su vez los amortiguadores dejaban de trabajar transformando el vehículo en un canguro con ruedas.

Epílogo

Como mencionamos al comienzo, varias firmas la adoptaron adecuándola cada una a sus necesidades, como puede apreciarse en las fotos adjuntas.

A veces hay que resignar una buena idea ante la practicidad de la misma. Tal vez en un futuro, alguien le encuentre la vuelta de tuerca y entonces estaremos nuevamente escribiendo sobre aplicaciones nuevas de antiguos conceptos.

Por: Héctor Cordeiro