Sergio, hijo del legendario Battista Pinin Farina, fue famoso por sus diseños de automóviles, ingeniero y político italiano. Su trazo, inconfundible signó una época de evolución automotriz sin precedentes.

Su compañía trabajó para Ferrari, Maserati, Cadillac, Nash, Peugeot, Jaguar, Volvo, Alfa Romeo, Ford, MG y Lancia. Desde hace tres décadas también incursionó en el diseño industrial y de interior. Su tablero bosquejó tranvías y trenes.

Además de los vehículos de producción, Pininfarina creó prototipos para afamadas terminales o clientes privados. Algunos se produjeron en serie como las Ferrari 612 y la F50.

Sergio Pininfarina pasó gran parte de su vida trabajando en el diseño y la construcción de automóviles siguiendo la vocación de su afamado padre. Fue senador vitalicio del Parlamento de Italia desde el 2005. Su apellido está ligado indisolublemente al diseño automovilístico y, especialmente, a Ferrari: Ferrari 275 GTB o Testarossa, Dino 206 1965, Ferrari Enzo, la F40, California y la 458 Italia,

Una de sus creaciones fue nuestro Torino, fabricado aquí desde 1966 al 1981 y aún vigente en el corazón de cada aficionado argentino. También intervino en los diseños del Alfa Romeo Spider, la Maserati 500, el elegantísimo Peugeot 406 cupe, el Lancia Gamma y el Cadillac Allanté.

Le debemos imborrables momentos de arrobamiento y disfrute descubriendo los diseños salidos de su tablero. Algo indicaba, en la emoción que suscitaba la contemplación de un auto, que su mano e inspiración lo habían tocado. Rogamos que la dinastía Pininfarina y su genial creatividad no desaparezcan con él.