Como uno de los 30 Clubes de autos Clásicos, el nuestro aportó parte de su patrimonio al brillo de esta edición. Estrenando un nuevo predio dentro del mismo Hipódromo de San Isidro, la lluvia demostró lo acertado de su elección.

Este mega evento, si no el más grande seguramente el más importante de Centro y Sudamérica por su calidad, reunió la friolera de 200 motos y 400 autos. Algunos de calidad apabullante: dos Hispano Suiza, un Avoins Voisin, Maserati, Ferrari Enzo, Aston Martin, Mercedes 300, el único ejemplar existente del Fiat Stanguellini 1957, la colección Pérez Companc de Ford T en conmemoración de los 100 años de vida de la negra máquina mimada por Henri Ford y un verdadero festival de máquinas emblemáticas como Jaguar, Ferrari, MG, Rolls, Austin Healey y así hasta el delirium tremens del coleccionista.

La intención de esta muestra fue recorrer la historia del automovilismo, por lo que convivieron los entrañables y democráticos Rastrojeros IME con los ejemplares más lujosos imaginables.

Un punto alto en este Disneyworld automovilístico fue el Stand de Etiqueta Negra, donde un avión AVRO de 1913, maravillosa réplica artesanal Pur Sang, se codeaba con un Bentley 8 litros separado en tres partes (chasis, carrocería y motor) para exhibición de sus pliegues íntimos. Nuestras aleladas mandíbulas colgaban sin pudor al completar ese panorama con la vista de unos negros Aston DB5 y Jaguar SS.

En la carpa del C.A. Clásicos, eficiente organizador de esta edición, destacaban, entre otras joyas, un Stutz y una Cisitalia, restaurados por nuestro consocio Jose M. Pedota brillando para nosotros, con una luz especial.

Recorriendo las muchas carpas de autojumblistas, nos encontramos con nuestros pares de todo el país y algunos extranjeros también, completando este festival de asombro y amistad.

En lo que a nuestro Stand se refiere, una muy variada selección de autos, mostró la excelencia del trabajo de nuestros Socios, evidenciada en los premios recibidos: un primer premio, un segundo y dos terceros premios denominados, este año, menciones. Dos o tres autos más, de los nuestros, merecían haber sido premiados, pero deberán esperar el próximo juzgamiento.

Este año, el orgullo cadeaano no podía ser mayor desde que el auto emblema de esta muestra fue el sempiterno Bentley de Ruben Rogès, exhibido con honores en folletería y carteles y sobre la tarima de premiación durante toda la muestra, por haber sido el Best of Show 2007.

Los premios otorgados fueron, como siempre, analizados, desmenuzados, aprobados unos y criticados otros, por toda la afición. Es muy difícil ponerse de acuerdo en semejante materia. Aunque este año, creemos hubo alguna asignación altamente controversial. Difícil tarea la del Jurado, por cierto. Acertada fue, sin duda, la elección del BEST OF SHOW, un imponente BERLIET1914, primer auto matriculado en Argentina por Dalmiro Varela Castex, con un trabajo de restauración y funcionamiento admirables. Cuando subió a la tarima, ágil como en sus primeros días, desencadenó una grande y colectiva emoción.

Los 4 días pasaron volando. El cansancio físico fue absolutamente balanceado por la alegría experimentada. Como las pasistas de una scola do samba, comenzamos a preparar las plumas a partir de el minuto siguiente al cierre de esta edición, para brillar lo más posible el próximo año.