Carlos Pairetti

Carlos Pairetti

Presentación de su libro

Carlos Pairetti
Carlos Pairetti
Carlos Pairetti
Carlos Pairetti

Incansable, polémico, creativo, arriesgado, veloz, aguerrido… Hay 100 adjetivos a disposición cuando se habla de Pairetti. Pero dos se imponen: ídolo y ganador. Hay pilotos de una marca y hay pilotos, como éste, que ganan con cualquier marca y tipo de auto.

Cuando los malogrados prototipos de Steven Ford ya habían cobrado tres vidas y nadie los quería, el pidió uno, le puso un motor Chevrolet, modificó lo que había que modificar y lo llamó "Trueno Naranja". El mundo Chevrolet vio nacer así un auto con el que se podía romper la hegemonía Torino. Y lo amó, delirando cada vez que los dejaba atrás, ganando. Pairetti, con su carisma personal, capitalizó el fervor popular para convertirse en ídolo y escribiendo un capítulo inolvidable para el deporte motor argentino.

Más tarde encargó una Liebre y le puso un Chevrolet. IKA trinó y lo dejo afuera de Nürburgring. Pero Carlos estaba más allá. Corrió Rafaela, en Europa, intentó en Indianápólis, corrió de todo y en todo descolló. Miren:
• Debutó en 1962 en el TC, ganando Mar del Plata y el Gran Premio.
• Fue el único ganador de TC con un auto europeo, un Volvo, en Córdoba.
• Corrió con una muy linda cupé Chevrolet Baufer y siguió con el Barracuda.
• Corrió en F3 europea con el equipo Automundo, ganándose en Monza el apelativo de "Il Matto" (el loco) donde llegó a puntear.
• Le puso un Chevrolet a una Liebre 1 ½ y después a una Liebre 3 (Nova naranja)
• Condujo su auto más emblemático, el TRUENO NARANJA, derrotando a los Torino y ganando el Campeonato 1968 con la mecánica del equipo oficial GM. Triunfó ese mismo año con el Destéfano Chevrolet de F1 Nacional en las 500 Millas de Rafaela.
• Para la época de los Sport Prototipos condujo autos del equipo de Formisano primero y el McLaren con el F100.
• En los SP internacionales se destacó con un Porsche 908 y con Ferrari 551 logrando mejores tiempos que sus pilotos titulares. Condujo una Ferrari 512 y se subió a un Alfa Romeo también.
• En Indianápolis intentó correr, dio el exigente examen de admisión, pero el auto adjudicado era viejo, por lo que decidió no intentar clasificar.
• Cuando los Indi Cars vinieron a Rafaela condujo un auto de inédita elevada potencia.
• Cuando el TC cambió a Fórmula A, armó un Falcon junto al Polaco Herceg, siendo el primero en ganar con el nuevo reglamento.
• Compitió con Dodge, con el que también se destacó.
• Trabajó en cine junto a Sandro y produjo una película sobre automovilismo.
• Fue uno de los creadores del Club Argentino de Pilotos, con los Datsun 280.

Hablando de su libro, Paretti dijo: "Es sobre mi historia deportiva, 36 anécdotas de buenas y malas carreras, sin accidentes. 287 fotos en 200 hojas. Casi dos kilos de libro que se venderán en 430 librerías argentinas. Demoré dos años en seleccionar entre 1500 fotografías recibiendo mucha colaboración de El Gráfico y su impresionante biblioteca. Allí están los 26 autos distintos que corrí y las 36 tapas de revistas (10 de El Gráfico). ¿Una anécdota? Contaré una deportivo-familiar: El año pasado, al cumplir 75 años, llevé a mis dos hijos y 3 nietos a Europa, para visitar los circuitos que corrí. Paramos en los mismos Hoteles. Estaban todos. En algunos había estado con Fangio y Froilán. Visitamos Vallelunga, Firenze, Módena donde el presidente de Ferrari Luca di Montezemolo nos tenía preparada una recepción excepcional. Ferrari fabrica 30 autos por año. Si querés uno tenés que esperar dos años. El 80% salen con volante a la derecha (Hong Kong, Macao, Japón, UK, el mundo que se viene) Me dieron una 0 km para probar, pero se la di a mi hijo, que es piloto de pruebas de BMW. En un momento escuché: ¡Matto! ¡Matto! Era Andrea de Adamichi compañero de antiguas carreras. Visité el Hotel de De Tomaso, su hijo me contó que tiene unos cuantos Pantera 95, 0 km, guardados. Espera su valorización y de vez en cuando vende uno. Luego fuimos al Lago di Garda, Monza, Mónaco. En Milán me alojé en el mismo hotel y en la misma habitación que utilizó Fangio durante tres años. A mis nietos e hijos no les inculqué el automovilismo. Yo corrí 100 carreras en moto y perdí un sobrino en un accidente de moto. No me gustaría que sigan mi peligroso rumbo"

Verborrágico, carismático, pleno, divertido. Se fue como llegó, humildemente, uno más de nosotros. La sensación que nos dejó fue que sus ojos de águila observaron todo, su cerebro captó hasta la mínima vibración y lo procesó de una manera actual e inteligente. Hay Carlos Pairetti para rato y en cualquier momento nos sorprenderá con algo. Bendito sea.

Por: Ricardo Cordaro
Orlando Bongiardino